Los enfoques basados en competencias tienen como objetivo desarrollar en los individuos un conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes y valores reforzados desde la educación básica. Este enfoque requiere aplicar diferentes parámetros y procesos para que la educación entregada cumpla con los estándares de calidad.
Uno de estos procesos se define como evaluación formativa, la cual incluye tiempos y características que orientan a docentes y estudiantes, así como a otros actores de la comunidad escolar, para que se realice el abordaje de las capacidades.
El concepto de competencia es un pilar del desarrollo curricular y la fuerza impulsora detrás del proceso de cambio. Se define como el desarrollo de habilidades complejas que permiten a los estudiantes pensar y actuar en una variedad de dominios. Se trata de adquirir conocimiento a través de la acción, fruto de una fuerte cultura subyacente que se puede poner en práctica y utilizar para explicar lo que está sucediendo.
Funciones de la evaluación
Evaluación para el aprendizaje
Su foco está en la reflexión sobre lo que se va aprendiendo, el cotejo entre lo que se intenta y lo que se logra, la búsqueda de nuevos caminos para avanzar hacia los aprendizajes que se buscan.
Evaluación del aprendizaje
Su foco es constatar el aprendizaje alcanzado y certificarlo públicamente, dar fe publica de cuales son las capacidades logrados por cada estudiante.
Malas prácticas evaluativas
La evaluación formativa y la evaluación para la certificación suelen confundirse. Toda actividad y tarea es calificada.
Las calificaciones no derivan de un análisis sistemático de los desempeños, sino de la suma y promedio de puntos de actividades diversas, agregando valoraciones subjetivas.
En ausencia de descripciones claras del desempeño esperado, las calificaciones no certifican nada. Pese a su ambigüedad, son eje de las motivaciones de estudiantes y familias.
Descarga el material completo desde el siguiente enlace:
Descargar Aquí: Competencias y Evaluación Formativa
