En una época caracterizada por los cambios constantes, es necesario que el proceso de enseñanza y las estrategias de evaluación se adapten para lograr resultados eficientes, así como explorar y utilizar herramientas alternativas a las convencionales con el fin de evaluar las habilidades y competencias de las y los estudiantes.
La evaluación y autoevaluación virtual
En la actualidad, el concepto de evaluación va más allá de calificar una prueba o examen final de un curso; supone un proceso de acompañamiento en el aprendizaje de los estudiantes en el que la retroalimentación es un pilar importante para conseguir los objetivos propuestos.
Gracias al desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) existen distintos métodos que apuestan por evaluar a las y los estudiantes de formas más completas, flexibles y alineadas al ritmo de aprendizaje.
Los espacios virtuales, gracias a sus características inherentes, facilitan la recepción de información textual y audiovisual. Asimismo, su registro temporal o permanente es una gran ventaja para apoyar el aprendizaje de las y los estudiantes. En este sentido, las técnicas virtuales de enseñanza o e-técnicas deben provocar que ellas y ellos sean partícipes, responsables y críticos con su proceso de aprendizaje y autoevaluación.
Características
- Incentiva el desarrollo de habilidades importantes como la comunicación, el trabajo en conjunto y el pensamiento crítico.
- Facilita el desarrollo de nuevas formas de evaluación y su integración con otras actividades del aprendizaje.
- Posibilita la retroalimentación inmediata.
- Ofrece una gama más amplia para poner en práctica los conocimientos y habilidades que se adquieren.
¿Cómo evaluar?
Desde la evaluación, se debe estimular que la o el estudiante sea consciente de su propio proceso de aprendizaje, que incluye sus logros y puntos por reforzar, así como cada decisión que lo ha hecho progresar y equivocarse.
Es así como la educación se transforma en un instrumento útil al permitirle adquirir nuevos conocimientos y regular este aprendizaje. Por tal motivo, las estrategias que los docentes planteen en los espacios educativos deben facilitar lo siguiente:
- Autoanálisis referido a las actitudes y tiempo de dedicación que las y los estudiantes dan por cada tarea de aprendizaje
- Control sobre la evaluación, es decir, la o el estudiante planifica qué acciones o esfuerzos son necesarios para cumplir satisfactoriamente con la propuesta evaluativa. Considera determinar en qué medida es adecuada la metodología y adopta acciones correctivas durante el proceso.
- Control sobre los conocimientos con la finalidad de identificar qué funciona o no durante el proceso de aprendizaje, lo cual permitirá entender ritmos de aprendizaje, dificultades ante ciertas estrategias, entre otros aspectos.
Nuevo enfoque de educación
Evaluación formadora: La evaluación formadora hace un énfasis especial en el autoaprendizaje del alumno. De esta manera, podemos afirmar que una responde a la iniciativa del docente y la otra, a la del estudiante. Es por ello que la evaluación formadora puede garantizar el proceso de aprendizaje porque surge del propio alumno.
Evaluación multicultural: el proceso evaluativo debe ser comprensivo e inclusivo, partiendo de lo multicultural, entendido como valorar y destacar las diferencias en lo étnico-cultural, género, clase social, entre otros factores, concatenándolas con las capacidades individuales, grupales y las de motivación personal. De esta manera, la evaluación atiende la diversidad que existe en el aula.
Evaluación centrada en el aprendizaje: debemos entender que la evaluación es un proceso que promueve el aprendizaje y no se debe medir por una simple comprobación de conocimientos a través de un examen. La evaluación compromete tanto al docente como al estudiante en los avances que se desarrollan a lo largo del proceso que permite evaluar aciertos y errores para conseguir los logros deseados.
Evaluación participativa y consensuada: en el proceso evaluativo se debe llegar a un consenso sobre diferentes intereses, valores y puntos vista. El docente y las y los estudiantes se retroalimentan entre sí a fin de potenciar sus metodologías y conseguir destrezas académicas que van más allá del conocimiento teórico, respectivamente.
Técnicas de evaluación
A continuación, presentamos las siguientes técnicas:
Observación: puedes diferenciar las actitudes y habilidades que tienen las y los estudiantes ante una situación determinada. Este tipo de técnica propicia los debates.
Exposición oral y redacción escrita: la diferencia respecto a los procesos tradicionales es que la o el estudiante debe sustentar sus respuestas participando en un foro, chat o aula virtual. También es válido que exponga sus planteamientos a través de un correo u otras herramientas.
Resolución de problemas: básicamente, la o el estudiante se enfrenta a una o diversas problemáticas que debe solucionar en un tiempo determinado.
Dinámica de grupo: propician el trabajo colaborativo y el involucramiento de los estudiantes por el trabajo. Decide si participas o no como un observador del debate que se genere en el grupo para evaluar las actitudes y habilidades de cada miembro del equipo.
Representación de roles: plantea una situación real o ficticia a las y los estudiantes para que actúen desde la perspectiva de otras personas. Al igual que la dinámica de grupo, puedes participar como observador para evaluar aspectos como la creatividad, la empatía y la capacidad de respuesta ante situaciones complejas.
E-portafolio: con esta técnica puedes almacenar un grupo de trabajos ordenados cronológicamente, donde las y los estudiantes ven reflejados sus progresos y logros en un periodo determinado.
Instrumentos de evaluación
Los instrumentos son los medios mediante los cuales obtendrás información para la evaluación. Convencionalmente, los que más se utilizan son las pruebas objetivas, pruebas de desarrollo largo, exámenes, proyectos, informes, entre otros.
Rúbricas de aprendizaje: son tablas que presenta dos ejes: el eje vertical reúne los criterios de evaluación, y en el eje horizontal se encuentran los rangos de calificación aplicados a cada criterio. De esta manera, las y los estudiantes saben cómo se van a evaluar sus trabajos, lo que les permitirá organizarse mejor y realizar una adecuada autoevaluación posterior.
Foros: son plataformas virtuales donde se propicia el debate como una discusión estructurada sobre una temática en específico. Las y los estudiantes participan brindando sus puntos de vista con argumentos que serán evaluados posteriormente.
Exámenes, cuestionarios o pruebas: a través de plataformas o recursos informáticos, puedes utilizar pruebas interactivas para evaluar a tus estudiantes y validar el nivel de asimilación del proceso de aprendizaje. Las prácticas son la forma más común de evaluación y cuentan con una metodología específica que debe corresponder a las capacidades y aprendizajes que se esperan obtener.
Organizadores gráficos: representan gráficamente el aprendizaje obtenido a partir de conceptos ordenados jerárquicamente sobre un tema en específico. Es bastante recomendable que trabajes con este instrumento de forma grupal, pues permite generar un debate mucho más rico con base en la discusión de su construcción.
Blogs: sitios web en donde uno o varios autores publican contenido relacionado con un tema. Gracias a estas plataformas, las y los estudiantes pueden implementar proyectos colaborativos donde predomine el intercambio de información y la discusión.
Mapas conceptuales: favorecen el desarrollo organizado y funcional de conceptos claves de una materia o disciplina. Además, ayudan a representar el orden jerárquico, las ramificaciones y los conectores para proporcionar una lectura efectiva en términos comprensivos e integradores sobre un tema específico.